Y llegó Donald Trump "El capitalismo es un potente imán para los fascistas y el nacionalismo excluyente es la vitamina del fascismo. El fascismo inventa patrias, banderas, muros y alambradas para protegerse de millones de exiliados, de hambrientos, de los sin patria que sus políticas y dogmas provocan al resto de la humanidad. El fascismo no se pregunta cuántos crímenes caben en una hora, un día o un mes, ni le importan las horas, días o meses de resistencia, para que los cadáveres de los desfavorecidos queden esparcidos por mares y alambradas en la vieja Europa insolidaria o junto al muro Trump, que pretende quebrantar aún más el status de las dos Américas. Cuántos muertos se necesitan, cuántos fascistas seguirán ganando elecciones, para que los ciudadanos entiendan que solo les mueve el poder financiero y seguir fabricando infinitas armas letales en el lado bueno de sus fronteras. " epdlp.com |