Qué grandes, mis amigos "¡Qué grandes, mis amigos, no era el Pueblo del que un Poeta podía decir esto, sin temor de que el mundo, ni la posteridad, lo desmintieran! Y también, nosotros, los portugueses, hubo un tiempo, cuando éramos menos que poco. Oí cómo nuestro Camões lo cantaba: Pero en tanto que ciegos, y sedientos y de tu sangre, oh gente insana, no faltarán cristianos atrevimientos en esta pequeña casa Lusitana. De África tiene marinos asientos; es en Asia más que todas soberana; en la cuarta parte nueva los campos labra, y, si más mundo no hubiera llegado, ya llegaría. Hoy estamos... en aquella Roma y éste Portugal? Roma pereció. Portugal, si no agoniza, enferma gravemente. Pero para Roma no hay esperanza; para nosotros hay todavía una. ¿Sabéis cuál? Sois vosotros, vosotros mismos, vosotros únicamente, oh Labradores. " epdlp.com |