Qué grandes, mis amigosAntónio Feliciano de Castilho
Qué grandes, mis amigos

"¡Qué grandes, mis amigos, no era el Pueblo del que un Poeta podía decir esto, sin temor de que el mundo, ni la posteridad, lo desmintieran!
Y también, nosotros, los portugueses, hubo un tiempo, cuando éramos menos que poco.
Oí cómo nuestro Camões lo cantaba:
Pero en tanto que ciegos, y sedientos
y de tu sangre, oh gente insana,
no faltarán cristianos atrevimientos
en esta pequeña casa Lusitana.
De África tiene marinos asientos;
es en Asia más que todas soberana;
en la cuarta parte nueva los campos labra,
y, si más mundo no hubiera llegado, ya llegaría.
Hoy estamos... en aquella Roma y éste Portugal?
Roma pereció. Portugal, si no agoniza, enferma gravemente.
Pero para Roma no hay esperanza; para nosotros hay todavía una. ¿Sabéis cuál?
Sois vosotros, vosotros mismos, vosotros únicamente, oh Labradores. "



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