Clandestino (fragmento) "Abrí. Lorna alzó los ojos de la máquina de escribir, me vio y saltó hacia la puerta intentando bloquearme el paso. La esquivé y cayó al suelo. —Mierda, oh mierda. Dios mío —dijo, al tiempo que se arrastraba hacia la pared para sentarse apoyada en ella—. ¿Qué demonios quieres hacerme? —Acechar tu corazón — respondí, lanzando el ramo de rosas sobre su escritorio— Vamos, deja que te eche una mano. Me agache, tomé a Lorna por las axilas y, con cuidado, la ayudé a levantarse. Hizo unos leves intentos de apartarme, pero etaba claro que eran fingidos. La abracé con fuerza y no se resistió. — Teníamos una cita, ¿recuerdas? —susurré entre sus cabellos castaños. — Sí, lo recuerdo. — ¿Estás lista para salir? — Pienso que... — Ya te dije anoche que no pensaras. — No me digas lo que debo hacer, Underhill —murmuró— No sé lo que quieres, pero sé que me subestimas. He vivido lo mío. Tengo treinta y un años. He catado la promiscuidad y el amor verdadero, y ambas cosas son como mi pierna mala, no funcionan. No necesito un amante caritativo. No necesito un amante de las deformaciones. No necesito compasión, y lo que menos necesito es un policía. " epdlp.com |