De la divina proporción (fragmento)Luca Pacioli
De la divina proporción (fragmento)

"Vuestra Alteza, con sus áureas y melifluas palabras, dijo entonces que era digno de toda consideración de Dios y del mundo aquel que, dotado de alguna virtud, voluntariamente la comunica a los demás, lo cual es, para el prójimo, fuente de caridad, y de alabanza y honor para él, conforme al sagrado dicho: quod ne sitie figmento didici et sine invidia libenter communico. Tan firme retuve en la mente el sentido de estas suavísimas palabras, que nunca hubo en mármol inscripción más duradera. Y si antes, por naturaleza, era innato en mí el practicar lo propio con cada cual, máxime respecto de aquellas facultades de las que plugo al Altísimo, en su inmensa benignidad, dotarme a mí entre los demás, es decir, de las necesarias ciencias y dignísimas disciplinas matemáticas, sin embargo, ya agobiado por los laboriosos afanes, nocturnos y diurnos, tanto corporales como espirituales (todo lo cual sabe quien haya abierto con diligencia nuestra gran obra sobre tales disciplinas y facultades, dedicada al magnánimo Duque de Urbino, Guido Ubaldo, afín de Vuestra Alteza, junto con las otras que se incluyen en su quinta sección), me había ya puesto con los otros, en lugar abierto al sol, a recordar los años transcurridos. Pero, grandemente excitado por aquellas palabras, recobré aliento, en la cuesta desierta, para preparar este breve compendio y utilísimo tratado, llamado La Divina Proporción, tanto para fundamentar todas nuestras otras obras compuestas sobre tales facultades como para ofrecer sumo y deleitoso gusto de todas las nombradas ciencias y matemáticas disciplinas a Vuestra Alteza, y para utilidad de sus muy respetuosos súbditos, y también para decoro y ornamento de su dignísima biblioteca, guarnecida de innumerable multitud de volúmenes sobre todas las facultades y doctrinas. "


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