Caballo pálido, jinete pálido (fragmento)Katherine Anne Porter
Caballo pálido, jinete pálido (fragmento)

"Era una obra larga y pesada, pero Adam y Miranda permanecieron sentados mientras esperaban con paciencia a que terminara. Adam le quitó el guante con cuidado y seriedad y le cogió la mano como si estuviese acostumbrado a cogérsela en los teatros. En una ocasión se volvieron uno hacia el otro y sus ojos se encontraron, pero sólo ocurrió una vez, y los dos pares de ojos eran serenos y reservados. Un profundo temblor sacudió a Miranda y ella se dedicó a resistirlo metódicamente como si estuviese cerrando ventanas y puertas y sujetando cortinas al comienzo de una tormenta. Adam vio la monótona obra con una extraña excitación, con su expresión fija y tranquila.
Cuando el telón se levantó para el tercer acto, la representación tardó en comenzar. Apareció un telón de fondo casi cubierto con una bandera de Estados Unidos expuesta de manera inadecuada y poco respetuosa, clavada en las esquinas superiores, recogida en el medio y clavada otra vez formando pliegues polvorientos. Ante ella posaba un vendedor local de un dólar al año, representando su papel de vendedor de bonos de la libertad. Era un hombre maduro normal y corriente, con un pequeño melón como panza abotonada dentro de los pantalones y el chaleco, una boca apretada y terca, una cara y una figura en la que no se podía leer nada salvo la insatisfactoria vida sexual de sus cincuenta años, pero por una vez en su vida era un tipo importante en una situación imponente, y se recreó en ella, haciendo rodar sus palabras en tono actoral.
-Parece un pingüino —dijo Adam.
Ambos se movieron en sus butacas, se sonrieron; Miranda reclamó su mano, Adam entrelazó las suyas y se prepararon a soportar hasta el final el mismo viejo y mohoso discurso con el mismo viejo y polvoriento telón de fondo. Miranda trató de no escuchar, pero oyó. Esos viles teutones... en el glorioso bosque de Belleau... nuestra palabra clave es sacrificio... la martirizada Bélgica... dar hasta que duela... nuestros nobles muchachos al otro lado del Atlántico... los enormes obuses Berthas... la muerte de la civilización... los alemanes. "



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