Guerra de la Independencia (fragmento)Miguel Agustín Príncipe
Guerra de la Independencia (fragmento)

"Cuando se verificó el armamento de Tolon a principios de 1798, no hubo gabinete enemigo de la Francia que dejase de concebir los más serios temores acerca de aquella expedición, y el gobierno portugués no fue el que menos participó de ellos; Temeroso de que pudieran arribar a su extenso y mal defendido literal los conquistadores de Italia y su jefe Napoleón Bonaparte, no se disipó su recelo hasta que vio desembarcar en Egipto el ejército expedicionario. Las operaciones marítimas y militares del Mediterráneo absorbieron la atención del gabinete inglés, el cual hizo salir de Lisboa una parte del cuerpo auxiliar para destinarlo al sitio de Malta. Después de la batalla de Abukir se vio en las aguas de Alejandría una escuadra portuguesa a las órdenes del marqués de Niza, la cual operó en el Mediterráneo bajo la égida de los navíos ingleses. Bonaparte, que lo que menos creía era encontrar allí a los enemigos, pronunció estas palabras proféticas que se leen en una de las órdenes del día, dadas por aquel general al ejército de Oriente: «Día llegará en que la nación portuguesa pague con lágrimas de sangre el ultraje que acaba de hacer a la república».
El cumplimiento de esta amenaza quedó aplazado para más adelante, por haberle sido preciso a la Francia hacer frente a la guerra continental que estalló de nuevo en la primavera de 1799 con motivo de la segunda coalición. La victoria parecía haber abandonado la Francia con la ausencia de Bonaparte; pero éste la trajo consigo, según hemos visto, y la trajo por largo tiempo. La jornada del 18 abrió un período fecundo en trastornos políticos, habiendo sido por aquella época cuando el príncipe del Brasil tomó el título de regente de los reinos de Portugal y de los Algarves; pero como hiciese ya cuatro años que ejercía en nombre de su madre la plenitud de la autoridad real, el cambio fue tan sólo de pura forma. El Secretario de Estado Scabra quiso que la toma de posesión de la regencia se verificara en conformidad con los usos antiguos, por medio de una solemnidad en que tomasen parte los tres órdenes del reino, prestando su aceptación y juramento. Esta proposición podía llevar las cosas más lejos de lo conveniente, y habiendo sido calificada de sediciosa, fue Scabra destituido del ministerio, sucediéndole Luis Pinto, y a éste el duque de Lafões en el despacho de la Guerra. "



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