Una vida sin fin (fragmento)Frédéric Beigbeder
Una vida sin fin (fragmento)

"En la calle comercial, muchos jerosolimitanos parecían clonados: traje negro, camisa blanca, sombrero negro, barba y tirabuzones. El uniforme los liberaba de la preocupación por su apariencia. No creo que los judíos ortodoxos sean la encarnación de la felicidad, ni mucho menos (es muy sencillo: no tienen ninguna libertad). Pero una cosa es segura: parecen impermeables a la dictadura selfista.
La camarera me dijo que la discoteca de moda de Jerusalén se llamaba Justice: aunque ya no salgo, siempre necesito conocer los lugares donde hay marcha. Es un reflejo de viejo fiestero o de viejo que quiere seguir siendo enrollado. Recordé entonces que la discoteca instalada cerca de Auschwitz, en Polonia, se llama System. Curioso símbolo: la Justicia en Jerusalén y el Sistema en Auschwitz. A fin de cuentas, las discotecas nos enviaban un mensaje político fácil de descifrar.
Romy pidió un carpaccio, pero no se lo pudo comer porque el cocinero lo había condimentado con una tonelada de pimienta. A su edad yo era como ella; solo con los años nos gustan los platos que nos hacen sufrir. Se acabó mi pizza y tomamos un taxi para volver al hotel King David. Era delicioso acostarse temprano, cada uno en su camita, como hermano y hermana. Llamé a Léonore para anunciarle que no habíamos conseguido nada, que nos sentíamos melancólicos y habíamos recuperado la fe. "



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