La noche en casa (fragmento)José María Guelbenzu
La noche en casa (fragmento)

"Mientras ambos se arrullan y mullen piel con piel, Chéspir no deja de visionar imágenes repentinas, apenas hiladas y que sin meditación posible por su parte le atraviesan una y otra vez y forman parte de su deleite: son gestos conocidos y queridos de Paula; le vienen a la mente cuando, como ahora, juntos, pegados literalmente uno a otro en vaivén, esconde su rostro en el cuello y hombro de Paula; nunca cuando le mira a los ojos porque entonces la presencia de Paula a través de su mirada es tan poderosa que Chéspir siente el vértigo de una profunda personalidad y una vivencia que le atemoriza y fascina, que le retiene en cualquier caso y le olvida de sí, magnetizado. Pero los gestos queridos ya comienzan a perderse porque todo el minucioso conocimiento sensual en que vienen balanceándose desde hace un rato ha tensado de tal modo el pene de Chéspir que allí siente reunido cuanto hasta ahora ha descubierto de sí y su deseo; Paula lo ha advertido y aproxima a él los labios, la boca de la vagina, guía brevemente a Chéspir y de pronto siente, recibe hasta el punto la vibración de Chéspir, todo Chéspir recorriendo las paredes de su vagina latiendo y moldeando esa verga; ella grita bajo el espasmo, grita con un sonido que traspasa a Chéspir, le golpea en la base del pene, sube por él reptando como si fuera una sucesión de anillos temblorosos de gozo, vuelve a Paula, cuyas sacudidas vaginales estrechan ahora enloquecidas aquel falo culminado y de pronto, y sabido y deseado, todo estalla en el espacio y el tiempo y la descarga precipita sin remedio a los amantes hacia el centro de algún universo. "


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