La reina Ginga (fragmento)José Eduardo Agualusa
La reina Ginga (fragmento)

"Esa noche, en la bauza de Ginga, discutimos las noticias que traía. Una escuadra flamenca, compuesta por sesenta y seis navíos, que transportaba un total de siete mil hombres, había partido de la isla de San Vicente, en Cabo Verde, en diciembre de 1629, en dirección a Brasil. La escuadra pertenecía a la Compañía de las Indias Occidentales y estaba comandada por el almirante Hendrick Loncq, un hombre que había hecho carrera combatiendo a aquellos mismos piratas moros, o piratas berberiscos, como también son conocidos, que habían raptado a Cipriano. Además, había sido a través de uno de esos piratas, de quien se había hecho amigo, que Cipriano había recibido la noticia de la toma de Pernambuco. Los flamencos habían conquistado Salvador en 1624, prendiendo al gobernador general, Diogo de Mendonça Furtado, y enviándolo a los Países Bajos. Sin embargo, al año siguiente, España envió una poderosa armada compuesta por cincuenta y dos navíos, bajo el mando del marqués de Villanueva de Valdueza, don Fadrique de Toledo Osorio, que derrotó y expulsó a los invasores.
La operación que había conducido a la toma de Pernambuco parecía muchísimo más sólida.
La reina se mostró animada con la noticia. Había llegado el momento de establecer una alianza con los flamencos. Cipriano sugirió que Ginga enviara un embajador a Pernambuco. Él había llegado a las costas de Angola desde Zanzíbar, no por tierra, como había hecho en otras ocasiones, sino circundando África, del Indico al Atlántico en un navío corsario. El navío esperaba por él en la misma bahía donde había desembarcado, dispuesto a transportar hasta Pernambuco a un representante de Ginga.
El comandante del navío era el famoso Ali Murato. No me extrañó saber que Cipriano había creado lazos de afecto con tan extraordinario personaje. El portugués parecía haber copiado, al menos en parte, el destino del otro. Ali era natural de Antuerpia, al sur de Holanda, habiendo sido bautizado con el nombre de Jan Hals. Capturado por piratas moros, no solo cambió de religión, sino que se unió a ellos en los saqueos, recorriendo los distintos mares, desde Ceuta a Port Royale, desde Islandia a Baltimore. Navegó durante muchos años a las órdenes de Sulayman Reis que, como Ali, era flamenco. Sulayman murió en una batalla contra navíos de guerra franceses e ingleses, a pocas leguas de Cartagena, al ser alcanzado por la pesada bala de una bombarda que le cortó ambas piernas, arrancándole del cuerpo toda la impetuosa sangre. "



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