La batalla de las cerezas (fragmento)Günther Anders
La batalla de las cerezas (fragmento)

"La trayectoria vital de Rahel se convierte en un espejo cóncavo kierkegaardiano que refleja la situación existencial de Hannah Arendt: una especie de enfermedad mortal en la que se quiere y no se quiere, simultáneamente, amar desesperadamente, con el fin de recuperarse a uno mismo a través del caso ideal. Entre los motivos de Rahel para apartarse de relaciones amorosas románticamente exacerbadas y retornar al que sería su marido, Karl August Varnhagen von Ense, y los sentimientos de la propia Arendt se descubre una estrecha correspondencia: «Demasiada grandeza, demasiado talento, demasiado sublime, demasiado sobrehumano: basta, y para siempre. Y en 1814 se casa con Varnhagen». A fin de cuentas, «es mejor convertirse en anécdota, vivir en soledad con un hombre que la quiere, que derrumbarse por una admiración platónica», como le habría ocurrido a ella misma en su relación con Heidegger, que solo le asignaba la humillante tarea de «compartir su trabajo». Y por ello se aferra a Günther Anders como Rahel a Varnhagen, a saber: «como al día, para recaer, pese a todo, una y otra vez, en los mismos sueños recurrentes, imperiosos e importunos de la noche». Todavía un año después de su boda jura ante Heidegger la «continuidad — déjame decirlo,  por favor— de nuestro amor», ahora convertido en fundamento de posibilidad de la existencia. Joachim Fest, que se reunió con Hannah Arendt en Baden-Baden en 1964 para celebrar una entrevista radiofónica, atestigua la seriedad con que la filósofa tomó estas palabras a lo largo de su vida, y el hondo sufrimiento que le causaron.  La casi sexagenaria Arendt confesó a su entrevistador durante un paseo por la Lichtentaler Alle que Heidegger la «había despertado a la vida en todos los sentidos de la palabra», a la par que «lo había echado todo a perder».  Le debía todo, y había huido de él para no perderse: «Agarré mis bártulos y me marché. Solo dejé una cosa en Marburgo, algo que después nunca pude ir a buscar: el amor». "


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