Relación acerca de las antigüedades de los indios (fragmento)Ramón Pané
Relación acerca de las antigüedades de los indios (fragmento)

"Se reúnen un día los parientes del muerto, y esperan al susodicho behique, y le dan tantos palos que le rompen las piernas y los brazos y la cabeza, moliéndolo todo, y lo dejan así creyendo haberlo matado. Y por la noche dicen que vienen muchas culebras de diversas clases, blancas, negras y verdes, y de otros muchos colores, las cuales lamen la cara y todo el cuerpo del dicho médico que dejaron por muerto, como hemos dicho. El cual se está así dos o tres días, y mientras está así, dicen que los huesos de las piernas y de los brazos vuelven a unirse y se sueldan, y que se levanta, y camina poco y se vuelve a su casa. Y los que lo ven le preguntan diciendo: "¿Tú no estabas muerto?" Pero él responde que los cemíes fueron en su ayuda en forma de culebras. Y los parientes del muerto, muy irritados porque creían haber vengado la muerte de su pariente, viéndolo vivo, se desesperan y procuran echarle mano para darle muerte; y si lo pueden coger otra vez, le sacan los ojos y le rompen los testículos; porque dicen que ninguno de estos médicos puede morir por muchos palos y golpes que se le den si no le sacan los testículos.
Cuando descubren el fuego, el humo que se levanta sube hacia arriba hasta que lo pierden de vista, y da un chirrido al salir del horno. Vuelve luego abajo y entra en casa del behique médico, y éste se enferma en ese mismo instante si no guardó la dieta, y se llena de llagas y se le pela todo el cuerpo. Y esto tienen por señal de que no la ha guardado, y que por eso murió el enfermo. Por lo cual procuran matarlo, como ya se ha dicho. Éstas son pues las hechicerías que suelen hacer.
Los de madera se hacen de este modo: cuando alguno va de camino dice que ve un árbol, el cual mueve la raíz; y el hombre con gran miedo se detiene y le pregunta quién es. Y él le responde: "Llámame a un behique y él te dirá quién soy". Y aquel hombre, ido al susodicho médico, le dice lo que ha visto. Y el hechicero o brujo corre en seguida a ver el árbol de que el otro le ha hablado, se sienta junto a él, y le hace la cohoba, como antes hemos dicho en la historia de los cuatro hermanos. Hecha la cohoba, se pone de pie, y le dice todos sus títulos, como si fueran de un gran señor, y le pregunta: "Dime quién eres, y qué haces aquí, y qué quieres de mí y por qué me has hecho llamar. "



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