Los caballeros del punto fijo (fragmento)Andrés Trapiello
Los caballeros del punto fijo (fragmento)

"Habría dado cualquier cosa por haber sido el general Martínez Campos al menos un rato. Hay una calle en Madrid dedicada a ese general. Sería su padre o su abuelo o su bisabuelo. Quizá le llamara para sobornarle. ¿Sobornarán también con mujeres, como dicen? “Mi general, le voy a mandar los billetes para Lanzarote; oh, sí, es un gran hotel, mejor que el de la otra vez; por supuesto, mi general, hay que correrla de vez en cuando, diga usted que sí. ¿Cómo? Sí, por supuesto, la Vanesa; no, no, la Jenny no; ¿por qué? No sé, me dijeron que se casó con uno de la delegación de Arabia Saudí. ¿Que si era el general Farud Al Calif? Ése, sí, me parece que fue ése, mi general. El jodí o Farud, los hay con suerte, Cañizares. Ya lo creo, mi general. Bueno, ale, hasta el lunes. Adiós, adiós, mi general. ”
De pronto me paro a pensar. Quizá he ido demasiado lejos. Me imagino las cosas de otro modo. El general Martínez Campos como un tipo poco castrense, bajo, gordito, con el culo grande, como Franco, con gafas, con la banda de general anudada a la altura de las tetillas, por encima de una tripita mantecosa. Un hombre metódico, responsable, con alma de contable probo. Casado. Esposa amantísima. Seis hijos. Uno, ya, capitán o teniente. Todos muy felices en casa. Un hombre serio, nada de juergas, nada de sobornos.
O también: alguien sin ninguna vocación militar al que una familia con tradición de ella obliga a entrar en la carrera de las armas. Un hombre triste. Detesta profundamente y en secreto todo lo que tenga que ver con militares. Casado con una mujer del cuerpo, o sea, hija a su vez de jefe militar. Por las tardes se encierra, al salir del cuartel, en su despacho, donde se entrega a su pasión declarada: estudio de motores. Habría sido un gran ingeniero aeronáutico. Ésa es la razón por la que se le haya elegido para llevar las conversaciones con la Mac Douglas Co. Es gran amigo de Cañizares. Se habría cambiado por él. O sea, en ese punto, Dios mío, ya como todos. Mon géneral, mon semblable, mon frère. "



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