La oveja negra (fragmento)Ana María Matute
La oveja negra (fragmento)

"El niño saltó a su lado, y cada uno tomó un remo y empujó la barca hacia la orilla. Cuando saltaron a tierra, vieron una campiña muy verde, tanto que no parecía cierta. El niño señaló con la mano hacia donde se elevaba la bola roja del sol. Era aquél un país de colinas suaves, de tonos siena y azulado, verde pálido y amarillento.
Un sendero avanzaba entre cipreses, y al fondo, sobre la colina, vieron la catedral. Desde lejos resplandecían las vidrieras de colores, encendidas por el sol, sus torres como encajes negros, y la gran puerta de bronce verde cubierta de rosas de hierro, negras y doradas.
Cuando llegaron había una larga hilera de gente, vestida con harapientos capotes, ensangrentados y sudorosos. Colgado de la cuerda que rodeaba su cintura, el niño llevaba una escudilla de metal y una cuchara, que tintineaban al andar. Y toda aquella gente llevaba también en la mano escudillas y vasos de aluminio, y todos golpeaban sus cacharros con las cucharas, y producían una música sorda e irritante. "



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