Los nombres epicenos (fragmento)Amélie Nothomb
Los nombres epicenos (fragmento)

"Daba la impresión de que a la gente le parecía un motivo algo frívolo. Épicène pensaba que no era así en absoluto. ¿Qué mejor manera de contrarrestar el tragic flaw que la atormentaba que estudiando desde el origen? Por lo que sabía de los héroes isabelinos, ellos por lo menos experimentaban sentimientos tan desmesurados como los suyos.
Disfrutó mucho de sus años en Rennes. Le encantaba oír cómo toda la facultad la llamaba Épicène en un tono de admiración. Eligió el mayor número de asignaturas relacionadas con autores isabelinos. La obra que llevaba su nombre no fue su preferida. Leyó y releyó Ricardo III hasta la intoxicación.
Sus condiscípulos lamentaban que una chica tan guapa fuera tan inaccesible. Ella también sufría por ello. Cuando se sentía atraída por alguien, se sentía retenida por una fuerza que la clavaba en la pared.
Dedicó su tesis al verbo «to crave», desde su aparición hasta nuestros días. Escépticos, los profesores intentaron disuadirla: «No resistirás con un tema semejante.» Ella no se dejó intimidar. "



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