El fin de la modernidad (fragmento)Gianni Vattimo
El fin de la modernidad (fragmento)

"Parafraseando un dicho que circulaba hace tiempo, se podría comenzar esta discusión sobre el humanismo reconociendo que en el mundo contemporáneo "Dios ha muerto, pero el hombre no lo pasa demasiado bien". Es sólo un dicho, pero también algo más ya que en el fondo recoge y señala la diferencia que opone el ateísmo contemporáneo al ateísmo clásico, expresado por Feuerbach, La diferencia consiste precisamente en el hecho macroscópico de que la negación de Dios o la admisión de su muerte no puede dar lugar hoy a una "reapropiación", por parte del hombre, de una esencia suya alienada en el ídolo de lo divino. Mucha obra apologética continúa extrayendo precisamente de aquí, de manera implícita o explícita, uno de sus argumentos contra el ateísmo, al que se acusa de preludiar necesariamente una destrucción general del hombre, en virtud de una especie de némesis que, como la torre de Babel, arrastraría al hombre rebelde a su propia dependencia metafísica constitutiva. Aun cuando, como creo, hay que rechazar esta burda obra apologética de tipo punitivo, es innegable que subsiste una conexión entre crisis del humanismo y muerte de Dios. En primer lugar, ella caracteriza de manera peculiar al ateísmo contemporáneo que ya no puede ser un ateísmo de "reapropiación". Pero, en segundo lugar y más profundamente, ella distingue de manera determinante al humanismo en crisis, que se encuentra en esta condición también porque no puede ya resolverse en una apelación a un fundamento trascendente. Desde este último punto de vista, se puede también aceptar la tesis de que el humanismo está en crisis porque Dios está muerto, es decir, que la verdadera sustancia de la crisis del humanismo es la muerte de Dios, no por casualidad anunciada por Nietzsche, quien es también el primer pensador radical no humanista de nuestra época. "


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