Reforzar los cimientos (fragmento)Ngugi wa Thiong'o
Reforzar los cimientos (fragmento)

"En el ejercicio de la democracia, África tendría una vez más que aprender unas cuantas lecciones de sus instituciones precoloniales. Los dos tipos de sociedad dominantes en África, unas sin una autoridad centralizada y otras con una autoridad centralizada ejercida por un jefe, asumían en ambos casos formas de democracia participativa. Kenyatta, en su libro Facing Mount Kenya (1938), describe esas prácticas participativas entre los agikuyu de Kenia. Lo más llamativo de la realidad que describe es la práctica de la autoorganización en todos los niveles de la sociedad. Incluso los jóvenes tenían sus propios concejos y, por tanto, se entrenaban en el liderazgo como parte de su vida cotidiana, algo que contrasta llamativamente con las prácticas de los Estados coloniales y poscoloniales, que ven a la gente organizada como enemigos del Estado. ¿Cuántas veces hemos visto como se prohibían asociaciones juveniles y como la policía perseguía a sus miembros por las calles de ciudades grandes y pequeñas?
Una combinación de prácticas participativas y representativas bien pudiera ser el medio que África necesita para hacer realidad el sueño de una unidad africana creativa.
Pero incluso antes que la unidad política, África tiene que comenzar el proceso de la integración económica y de las comunicaciones para crear un mercado común continental. Los modelos ya están ahí, y el mejor es la Comunidad del África Oriental, que en un tiempo supuso que Kenia, Uganda y Tanzania compartieran innumerables servicios, incluida una moneda común, antes de que un nacionalismo de corte colonialista la desmontara. Pero un mercado común solo es sostenible si se convierte en una unidad política. Una unión política a escala continental aceleraría el proceso de la integración económica. Un África política y económicamente unida estará también en una mejor posición para aliarse con otras fuerzas que trabajan en el mundo a favor de una comunidad global más justa.
Cualquiera que sea el camino hacia una identidad continental, requiere un cuestionamiento serio y un rechazo de la santidad de las fronteras coloniales.
Se trata nada menos que de un llamamiento a la descolonización de las economías, las políticas y las culturas africanas que conduzca a la creación de un nuevo principio para África. Y ni siquiera esto será fácil. Las fuerzas reaccionarias mundiales querrán todavía dividir y dominar. Pero África tiene que enfrentarse a esta reacción con una actitud proactiva en defensa de su propia existencia en un mundo cada vez más globalizado.
Algunos cínicos, educados en una paralizante falta de confianza en sí mismos, verán en este llamamiento un sueño imposible. Pero los sueños siempre han generado imágenes de lo que es idealmente posible. Con nuestra imaginación, esbozamos los perfiles de un futuro que luego realizaremos. En los tiempos en que unos pocos seres humanos empezaron a concebir la posibilidad de volar, los llamaron soñadores, no realistas. Pero siguieron soñando e intentándolo. En la época de las plantaciones esclavistas, se consideraba soñadores a los que hablaban de libertad. Pero ellos no dejaron de soñar y de intentar alcanzarla. Lo mismo ocurrió con los soñadores de la resistencia anticolonial, que continuaron imaginando la victoria y trabajando para lograrla. Nuestro mundo contemporáneo debe mucho a los que se atrevieron a soñar. "



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