El declive (fragmento)Osamu Dazai
El declive (fragmento)

"No respondí. A partir de entonces, cada vez que había algún roce entre nosotros salía aquel tema. «Esto está acabado», pensé. Era como si hubiera comprado la tela equivocada para hacerme un vestido y, una vez cortada, ya no pudiera volver a coserla, por lo que tendría que tirarla y volver a empezar con una tela nueva.
Una noche, mi esposo me preguntó si el niño que esperaba era de Hosoda. Pasé tanto miedo que me eché a temblar como una hoja. Ahora, cuando pienso en ello, me doy cuenta de que tanto él como yo éramos muy jóvenes. Yo no me había enamorado nunca, ni siquiera sabía qué era el amor. Me gustaban tanto los cuadros de Hosoda que iba diciendo a todo el mundo que si me hubiera casado con él mi vida estaría llena de días maravillosos, y que el matrimonio solo tenía sentido al lado de un marido con un gusto tan exquisito. La gente me malinterpretó y yo, que no sabía qué era el amor, declaraba sin reparos que estaba enamorada de Hosoda. Nunca intenté rectificar, y las cosas se complicaron hasta tal punto que incluso el bebé que crecía en mis entrañas levantó las sospechas de mi marido. A pesar de que ninguno de los dos llegó a plantear abiertamente el divorcio, el ambiente se volvió irrespirable y acabé volviendo a casa de mamá con mi sirvienta Oseki. El bebé nació muerto y yo caí enferma y pasé una temporada en cama. Mi matrimonio con Yamaki había terminado.
Naoji, que en cierto modo se sentía responsable de mi divorcio, rompió a llorar a pleno pulmón con la cara descompuesta, diciendo que iba a morir. Le pregunté a cuánto ascendía su deuda con la farmacia y me dio una cifra escandalosa. Más adelante supe que mi hermano me había mentido y había sido incapaz de confesarme el importe real de su deuda, que era tres veces mayor de lo que había admitido ante mí. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com