Alas para un corazón (fragmento)David Almond
Alas para un corazón (fragmento)

"Lo encontré en el garaje una tarde de domingo. Fue al día siguiente de mudarnos a Falconer Road. El invierno tocaba a su fin. Mi madre había dicho que nos habíamos mudado justo a tiempo para la llegada de la primavera. Allí no había nadie más. Me encontraba solo. Los demás estaban dentro, en la casa, con el doctor Muerte, preocupados por la niña.
Él estaba ahí tirado, en la oscuridad, detrás de los viejos arcones, entre el polvo y la tierra. Daba la impresión de que hubiera estado ahí desde siempre. Se veía sucio, pálido y deshidratado, y pensé que estaba muerto. No podía haber estado más equivocado. No tardaría en comprender toda la verdad sobre él: que jamás había existido una criatura así en el mundo.
Llamábamos garaje a ese lugar porque así lo había llamado el agente inmobiliario, el señor Stone. Era más bien una zona de derribo, un vertedero de escombros o algo parecido a uno de esos antiguos almacenes que no paran de demoler en el muelle. Stone nos condujo por el jardín, tiró de la puerta para abrirla y encendió su pequeña linterna en la penumbra. Asomamos la cabeza al interior con él.
—Tienen que verlo con imaginación —dijo—. Verlo ya limpio, con puertas nuevas y el techo reparado. Verlo como un maravilloso garaje con dos plazas de coche.
Me miró esbozando una estúpida sonrisa.
—O como un lugar para ti, chaval; un escondite para tus colegas y para ti. ¿Qué te parece, eh?
Aparté la mirada. No quería tener nada que ver con él. El recorrido por toda la casa había sido más de lo mismo. Había que verla con imaginación. Imaginar lo que se podía hacer. "



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