Cuando el mundo era todavía joven (fragmento)Jürg Schubiger
Cuando el mundo era todavía joven (fragmento)

"Cuando el mundo era joven todavía, hubo que empezar por aprender a vivir. Las estrellas se reunieron para formar figuras. Algunas ensayaron al principio una jirafa, después una palmera y luego una rosa, hasta que inventaron la Osa Mayor. Otras formaron una pequeña niña, de la que surgió después Virgo. Mientras tanto, otras estrellas habían formado un sagitario, un dragón, un toro o un cisne.
Las piedras lo tenían más fácil. Se volvieron duras y pesadas en el acto. Fueron las primeras cosas acabadas.
El sol comenzó a brillar, aprendió a salir y a ponerse. Cualquier otra cosa que intentara no le salía. Por ejemplo, cantaba. Pero su voz ronca asustaba al mundo entero, que aún era nuevo y sensible.
Durante mucho tiempo la luna no supo lo que tenía que aprender. ¿De verdad tenía que brillar? De día contestaba que no; de noche, que sí. Como no podía decidirse, hacía lo siguiente: engordaba y adelgazaba, se llenaba y se vaciaba. Lo que sí aprendió fue el cambio constante.
El agua aprendió a fluir. Lo consiguió cuando notó que para ello solo había un camino: siempre hacia abajo, hacia abajo, hacia abajo.
Cuando el mundo era joven todavía15El viento estuvo quieto durante mucho tiempo. Por eso, al principio no era nada ni nadie en realidad. Pero entonces descubrió que podía soplar.
Era fácil vivir. A cada uno le bastaba descubrir qué era exactamente lo fácil. Para el fuego era algo distinto que para la madera; para el pez, algo diferente que para el pájaro; para la raíz, algo diferente que para la rama.
El mundo se tomó su tiempo para organizarse. Después todo marchó solo. La lluvia no tenía más que caer de las nubes para verterse sobre la tierra, las personas no tenían más que abrir los ojos para ver lo bueno que era todo. Si cada uno hacía lo que le resultaba más fácil, el mundo quedaba ya bastante ordenado.
El mundo estaba bastante ordenado todavía... ¡Pssst! No sigas. Es mejor que empecemos otra vez desde el principio. Esta historia no tiene fin, sino comienzos, muchos comienzos. "



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