Contrata de héroes (fragmento)Constantin Virgil Gheorghiu
Contrata de héroes (fragmento)

"Todos mis familiares fueron asesinados por los rusos. Pero hablará usted con los hombres de Piatra. Saben que todo lo que los periódicos publicarán sobre el asunto de Berna es mentira. Pero estarán contentos escuchando de boca de un francés que lo que hicimos en Berna era muy diferente de lo contado en los periódicos. Usted les dirá sencillamente la verdad. Les dirá que estaba en el exilio. Triste. Como cualquier exilado. Que un día me di cuenta que los hombres que nos habían dado pan cuando tuvimos hambre, que nos habían dado agua cuando tuvimos sed y que nos ofrecieron un techo para resguardarnos cuando vivíamos al aire libre, estaban en peligro. Los intelectuales vendían a estos hombres que habían sido buenos con nosotros. Los vendían ante nuestros ojos. Los intelectuales vendían nuestros bienhechores a los rusos. Los vendían con sus hijos, sus mujeres, sus casas, su Historia; lo vendían todo en conjunto. Estos hombres estaban a punto de caer bajo la dominación de los ejércitos bárbaros procedentes de Rusia. Por ellos, fuimos nosotros a Berna. Como uno se echa al agua cuando ve alguien a punto de ahogarse, aun cuando grite diciendo que no se ahoga. Usted se lo dirá. Fue una acción de hombre honrado. Los de Piatra conocen el sentido de estas palabras. Se sentirán dichosos al oírselo decir a un francés. Apenas nunca ven franceses. Pero saben que los franceses son nuestros hermanos porque descienden también de esos dos chiquitines alimentados por la loba de bronce que se encuentra ante la alcaldía de Piatra. Saben que rumanos y franceses descienden de Rómulo y Remo, los dos niños de la loba de bronce. Saben que los franceses son hombres extraordinarios. Lo saben. En Piatra, cuando una joven es hermosa, se dice que es «hermosa como una francesa», se dice que es «dulce como una francesa», «aguda como una parisina». Se sentirán felices oyendo a un francés pronunciar elogios con respecto a nosotros. Usted les dirá también que el acto de Berna no ha sido solamente una acción de hombre honrado, sino también la acción de un buen hombre de su casa. La acción de un hombre razonable. La tierra de los países de Poniente posee cosas tan preciosas, que no tienen igual en el mundo. Los hombres de Occidente las han creado todas con el sudor de su frente. Era natural hacer algo para salvar esas cosas incomparables y sin precio, cuando se encontraban en peligro de ser pisoteadas por los cosacos, los turcomanos y los bárbaros motorizados del Don. "


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