El color que cayó del espacio (fragmento)H. P. Lovecraft
El color que cayó del espacio (fragmento)

"Sucedió en junio, alrededor del aniversario de la caída del meteoro, y la pobre mujer empezó a gritar que había cosas que se movían en el aire y que no podía describir. En su desvarío, no pronunció ni un solo nombre específico, tan solo verbos y pronombres. Aquellas cosas se movían, cambiaban, aleteaban y hacían que los tímpanos reverberasen ante estímulos que no eran propiamente sonidos. Le estaban arrebatando algo, la estaban drenando, algo la atenazaba que no debía estar ahí…, alguien tenía que echarlo fuera de una vez por todas; nada se estaba quieto por la noche; las paredes y las ventanas se movían. Nahum no la envió al manicomio del condado, sino que la dejó vagar por la casa mientras fuese inofensiva tanto para sí misma como para los demás. Incluso cuando la expresión de su cara cambió, él no hizo nada, pero en el momento en que los chicos comenzaron a tenerle miedo y Thaddeus casi se desmayó al contemplar la mueca desencajada con la que le miraba, Nahum decidió encerrarla en el desván. Al llegar julio, ella ya había dejado de hablar y se arrastraba a cuatro patas, y antes de que el mes hubiese acabado, Nahum aceptó la delirante idea de que su mujer irradiaba cierta luminiscencia en la oscuridad, al igual que la vegetación de los alrededores.
Esto ocurrió un poco antes de que los caballos saliesen en estampida. Algo los había agitado durante la noche y los relinchos y las patadas en sus establos fueron terribles. Parecía que no nada prácticamente se podía hacer para calmarlos. Nahum abrió la puerta del establo y todos salieron corriendo, como atemorizados ciervos del bosque. Les llevó una semana localizar a los cuatro, y cuando los encontraron, se los veía bastante inservibles e ingobernables. Algo los había vuelto locos y Nahum se vio obligado a sacrificarlos por su propio bien. Nahum le pidió prestado a Ammi un caballo para acarrear el heno, pero el animal ni siquiera quiso acercarse al granero. Dio un respingo, se resistió, relinchó y al final Nahum no pudo hacer nada más que llevarlo al corral y los hombres tuvieron que utilizar todas sus fuerzas para acercar el pesado carro al henil con el fin de hacer la tarea más fácil. Entretanto, la vegetación se iba tornando gris y quebradiza. Incluso las flores de curiosas tonalidades ahora se agrisaban y la fruta salía gris, enana e insípida. Los ásteres y las varas de oro florecían grises y deformes, y las rosas y las cinias y las malvas del patio delantero tenían un aspecto tan horrendo que Zenas, el hijo mayor de Nahum, las cortó todas. Por esa época los insectos murieron, hinchados de forma extraña, incluidas las abejas que habían abandonado sus colmenas y se habían ido al bosque. "



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