El mundo según Mark (fragmento)Penelope Lively
El mundo según Mark (fragmento)

"Dos franceses ataviados a la inglesa hasta el último detalle se encontraban plantados donde arrancaba el sendero, mirando colina arriba. Diana dijo: «Disculpen» y los sorteó. Se dio la vuelta; Mark iba justo detrás de ella, con aire taciturno. Carrie se había detenido y miraba atentamente algo en la hierba. Se había quitado la cazadora vaquera que Diana la había convencido para que se comprara en la boutique de Dorchester y la había dejado en el coche; su camiseta tenía el cuello deshilachado y el color desentonaba con sus pantalones de peto. Bueno, pensó Diana, yo lo he intentado. Esa chaqueta mejoraba mucho su aspecto. Uno de estos días me la llevo, por las buenas o por las malas, a una peluquería.
El sendero estaba recubierto de una fina capa de barro húmedo. Caminaba midiendo sus pasos, avanzando de parche seco en parche seco. Este campamento o fortaleza o lo que fuera consistía en una serie concatenada de laderas de tierra blanda cubierta de hierba. Diana empezó a ascender la primera colina con determinación. Desde lo alto, se podía ver la siguiente, y luego una planicie salpicada de personas. Prosiguió. Cuando llegó a la cima de la segunda loma, observó que Mark se había sentado y contemplaba el paisaje. Carrie lo alcanzó y se detuvo. Había costado lo suyo convencerla para que no se resistiera a acompañarlos; seguro que por vergüenza o falta de seguridad o por tener la sensación de que sobraba. Y ahora los seguía medio a rastras, como una cría: dócil, pero sin poner demasiado de su parte. No obstante, pensó Diana, esto es lo que necesita: una compañía un pelín más estimulante que el coleguita gay, al que encanto no le falta, pero que tampoco es que sea el tipo más brillante sobre la faz de la tierra; y, ya de paso, mira que es raro el apaño que tienen montado; si no fueran como son, resultaría descaradamente liberal. Consultó su reloj y les hizo señas con la mano. Si tenían que hacer todo lo que se suponía que Mark quería hacer, había que darse prisa. Mark se había puesto de pie. Señaló hacia el interior del campamento o fortaleza o lo que fuera; Carrie respondió mirando en la misma dirección. Diana, ligeramente desconcertada, pensó: qué curioso, ella no lo irrita como de costumbre lo haría una chica así. Que es lo normal en él. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com