El séptimo sello (fragmento)Ingmar Bergman
El séptimo sello (fragmento)

"Olas de calor envuelven la iglesia de piedra gris en una extraña bruma blanca. El caballero baja del caballo y entra. Después de atar las cabalgaduras, Jöns lo sigue lentamente. Cuando llega al atrio de la iglesia se detiene con sorpresa. A la derecha de la entrada hay un fresco grande que no está completamente terminado. Encaramado en un andamio rústico se halla un pintor con un gorro rojo en la cabeza y ropas manchadas de pintura. Tiene un pincel en la boca, en tanto que con otro, que sostiene en la mano, delinea una pequeña cara humana con expresión de terror entre un mar de otros rostros.
JÖNS: ¿Qué representa esto?
PINTOR: La Danza de la Muerte.
JÖNS: ¿Y ésa es la Muerte?
PINTOR: Sí; se los lleva a todos bailando.
JÖNS: ¿Por qué pinta semejante tontería?
PINTOR: Pensé que serviría para recordar a las gentes que tienen que morir.
JÖNS: Bueno, pero no los hará sentirse más felices.
PINTOR: ¿Por qué debe uno hacer siempre felices a las gentes? No sería mala idea asustarlas un poco de cuando en cuando.
JÖNS: Entonces cerrarán los ojos y se negarán a mirar su pintura.
PINTOR: ¡Oh, ya mirarán! Una calavera es casi más interesante que una mujer desnuda.
JÖNS: Si llega usted a asustarlos…
PINTOR: Pensarán.
JÖNS: Y si piensan…
PINTOR: Estarán todavía más asustados.
JÖNS: Y entonces correrán a refugiarse justo entre los brazos de los curas.
PINTOR: Ese no es asunto mío.
JÖNS: Usted sólo está pintando su Danza de la Muerte.
PINTOR: Yo estoy pintando las cosas como son. Todos los demás pueden hacer lo que mejor les plazca.
JÖNS: Piense, nada más, cómo lo van a maldecir.
PINTOR: Tal vez. Pero entonces pintaré algo divertido para que miren. Tengo que ganarme la vida… por lo menos hasta que me atrape la peste.
JÖNS: La peste. Eso parece horrible.
PINTOR: Debería usted ver los forúnculos en la garganta de un enfermo. Debería ver cómo se encoge su cuerpo hasta que sus piernas parecen sogas llenas de nudos… como el hombre que he pintado allá.
El pintor señala con el pincel. Jöns ve un pequeño ser humano retorciéndose en el pasto, con los ojos hacia arriba, con la mirada enloquecida por el horror y el dolor. "



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