Otra realidad (fragmento)Yanis Varoufakis
Otra realidad (fragmento)

"La idea de que fuera posible negar a una persona ciega la ayuda que su chip podía ofrecer le llenaba de rabia. Las razones de la empresa para frenar su lanzamiento y el poder que tenía para hacerlo le revolvían el estómago. Aquellas dos emociones acabarían provocando su marcha de la empresa y el inicio de lo que sería una carrera profesional similar a una montaña rusa en los años siguientes.
Aquella noche, mientras le escuchaba, tuve una idea descabellada. Costa tenía que conocer a Iris. Era una jugada arriesgada. Sólo podía imaginarme que Iris le trataría de la peor manera, para poner a prueba su espíritu. Pero tenía la sensación de que el encuentro podía llevar a algún lugar interesante.
—Ven y te presentaré a la señorita Havisham de nuestra revolución fallida — le insistí. Al final conseguí convencerle, y la noche siguiente nos subimos al coche y fuimos a Brighton.
Si Costa estuviera hecho de un material más resistente, no me habría preocupado tanto. Pero parecía frágil, y en absoluto preparado para la excéntrica ferocidad de Iris. Afortunadamente, mis miedos resultaron infundados. Iris enseguida le cogió el gusto a Costa. Reconoció una extraña cualidad en él: la predisposición a absorber el sufrimiento de los demás para detener su transmisión y la bajeza que engendra. Para Iris, el universo tecnológico en el que vivía era completamente extraño, y por eso escuchaba entusiasmada las ideas que Costa compartía. Cuando se fue aquella noche para no perder el último tren a Londres, el cinismo natural de Iris seguía a raya.
—A pesar de su graciosísimo acento greco-alemán, tu nuevo amigo es la reencarnación de William Morris —dijo entusiasmada—. Hay algo en él que detesta los métodos deshumanizados con los que se producen las nuevas tecnologías. Si existiera la posibilidad de que los humanos que las fabrican pudieran elaborarlas como artesanos... no como máquinas que engendran a otras máquinas. Y, sin embargo, eso no impide que siga apreciando la belleza y las virtudes que nos ofrecen.
Costa abrió a Iris una ventana a un nuevo mundo. Desde un principio quedó claro que ella consideraba aquella forma de ver las cosas tan hipnótica como desconcertante. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com