Autorretrato con piano ruso (fragmento)Wolf Wondratschek
Autorretrato con piano ruso (fragmento)

"Conozco la ruta, el bus al aeropuerto pasa por un cementerio frente al cual, cuando voy en él y no me distraigo buscando el billete de avión, siempre veo un grupo de gente triste con flores en las manos que van a despedirse de un padre, una madre, un marido, una esposa, un niño, un amigo cercano. Me ahorré el suplicio de abrir mi corazón a esa imagen. Conozco bien mi corazón, sé lo duro que le resulta todo, con qué facilidad se ve abrumado. Si no estamos atrapados en un atasco justo enfrente de la entrada, respirar profundamente ayuda, al menos hasta el día en que me encuentre entre los afligidos (y vea pasar el bus) o que, con gran pesar, el duelo sea por mí. ¡Pero un momento! Por qué escribo «con gran pesar», ¿de verdad tiene que ser así? ¿Las despedidas no pueden ser diferentes, más fáciles? En otras palabras: ¿existen formas más o menos inteligentes de duelo? También uno se podría preguntar qué es lo que a lo largo de su vida no siempre hizo del todo bien, cuando alguien cercano, del que se separó, derrame lágrimas por él. ¡Adiós a la buena vida! A la serenidad de los últimos días. Enterrad inmediatamente la eternidad en la tierra. Y, cuando hayáis acabado, coged el bus; no os olvidéis el billete.
Lo obvio sustituye a lo fundamental, la vida sustituye a la muerte, la tierra todavía no me ha alcanzado, quizá solo lo haga después de un aterrizaje suave en el punto de destino.
No sirve de nada protestar, ni contra Dios ni contra la creencia en él. Lo mejor es avenirse a razones y aceptar, por muy desesperante que sea, que la muerte no es más que una estupidez inexplicablemente definitiva del destino.
¿Creyó Suvorin alguna vez en Dios?, y, de ser así, ¿en qué Dios? ¿En el que lleva barba o en el que no? No lo sé, nunca se lo pregunté. Quizá mi falta de curiosidad me ha privado una respuesta original, como la de la entrevista que dio Suvorin una vez a un periódico francés. ¡Dios no! ¡No soy yo, no! Soy el inventor de la leche azul, le dijo al parecer al periodista cuando este empezó a reprocharle que, «en el sentido puramente musical», era un ateo declarado.
¿Cómo es estar solo? ¿Cómo de solo se está estando solo? ¿Es aburrido? ¿O estás demasiado ocupado combatiendo la soledad? ¿Se percibe la soledad? ¿Es una enfermedad, curable, incurable? ¿Es violento preguntarle por su bienestar a alguien que está solo? ¿Se le puede preguntar cuáles son sus sueños, los que ha tenido o los que le gustaría tener, los sueños que teme soñar?
¿Podría hacerle responder una carta que solo planteara preguntas? ¿Una carta como las que escriben los niños?
¿Por qué Dios es invisible? Yo también quiero serlo porque entonces podría permitírmelo todo, hacer o dejar de hacer lo que me viniera en gana y después observar. Pero tendría miedo. ¿Dios también tiene miedo? Mis padres no quieren que hable así. Mi hermana me toma por tonto cuando hablo así. Tonterías, dice. Ser invisible... ¿y para qué? Claro que cómo va a entenderlo, ella que tanto se esfuerza por llamar la atención, por ser visible; todavía peor, por ser ineludible. Si quieres ser invisible, dice, no tengo nada en contra, estaré contenta de deshacerme por fin de ti. "



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