Los secretos oceánicos (Pamir) "Friedrichshafen es un atracadero para ratones también Cuxhaven fue a dar al alcázar de las nubes la búsqueda comenzó allí donde se ocultaron dos muchachas nubadas los barqueros incansables y los rocines marinados quebrantaron el rumbo público volaban henchiendo y los vientos del poniente y los alisios azotaban y hacia el cielo era el camino al moverse las velas sobre la gélida ruta celeste pasan los pájaros agradeciendo con las rizadas plumitas y los ojos de frambuesa picotean a los últimos tiburones inmóviles cruzaron los mástiles jubilosos de banderas y los crujientes círculos polares remolinearon dos veces de lejos llegaron los vientos y partieron a mordiscos la corteza de azul de vendaval los cangrejos de la travesía hendieron la quilla en las cuerdas sonantes de las radiantes aguas fluyeron tales relojes de sol en un fulgor: laboriosa mala estrella sobre el corredor central del capitán atónito se escurrió el canalón del vacío suavidad marítima brotó de la flor del cielo las aniquilaciones se dieron a conocer a la popa sobre el estrecho de Gibraltar marchan las espuelas de los jinetes celestiales como un coro de ángeles en vuelo por en medio va un gigantesco mariscal de campo con las miradas sobre una inquieta costa maravillosa la tierra alba como la cal está cerca huyendo estalla la comunidad lunar y un cirio de color perlado fluye a la altura del viento se elevan los radiogramas de la cubierta holandesa oriental jugando en la red del mástil penden las palomas del gris cielo de Indias astros precoces sobre la tierra virgen de los galeones lejano y coronado de niebla terriblemente excitado chorreante recomienza el aliento de los grumetes hacia el azul de la mañana marina hacia el gualdo del sol marino saludan los cantos de la tripulación perdida a su madre muerta saluda el muerto marinero en la cuna del velero ella espera fuera del grito jubiloso del resplandeciente sol matinal un marchitar oscilante las chillonas son aves de mal agüero recobrado está un clamor a la servidumbre de las nubes a la tierra de la habitual rosa de los vientos al exfoliante rostro del sol desvaneciéndose en la espira de una noche soñada se abisman descuidados los jóvenes hasta el tuétano hiere el mástil rostros fugazmente sumergidos en el baño naranja del nunca-más-mañana vuelo a través de ramificadas nubes de coágulos azules tierra virgen de pensamientos solitarios túnel ácueo para manos remanentes picos y dentaduras de tiburones negro de mar para un puñado de corazones. Tradución: Héctor A. Piccoli" epdlp.com |