La vida juega conmigo (fragmento)David Grossman
La vida juega conmigo (fragmento)

"Me pasma que en apenas unos minutos haya captado a la vez que interiorizado por completo la peregrina idea de Nina, hablarle a la Nina-futura traduciéndolo todo a un lenguaje práctico, sencillo y efectivo, exactamente igual que hace cinco años, cuando con ochenta y cinco decidió que tenía que aprender a utilizar el ordenador. «¡No me quiero quedar para atrás!». Lo había dicho poniéndose de pie de un salto en la asamblea del kibutz, pateando el suelo, y consiguió presupuesto para que dos frikis de la informática, de catorce años, la enseñaran. Dos veces por semana se sentaban con Vera y, cómo no, se enamoraron de ella hasta más arriba de las cejas. A los pocos días ya era capaz de enviar mensajes de Messenger y de correo electrónico una vez cada dos horas, golpeando el teclado con sus garras de hierro, de navegar por foros que trataban de las cualidades de las naranjas o de la menta, enviar enlaces de las caricaturas del New Yorker y recetas suyas de mermeladas y de la famosa tarta Powidl de ciruelas («¡Milosh se chuparía todos sus dedos!»), y al cabo de unas cuantas semanas tenía ya toda una cohorte de contactos y se escribía con sus antiguos amigos de Belgrado y de Zagreb, y con sus nuevos amigos del alma que le salían cada día en Praga y en Montevideo, que al instante pasaban a formar parte de la familia y que sabían muy bien quién era la tía Hannah, dónde iban a hacer el servicio social sustitutorio las hijas de Ester y en qué estado se encontraba la próstata de Shléimeleh. Y todo eso lo hizo con agilidad y gran destreza técnica, porque tiene un don admirable para entender el mundo interno de los objetos y de los aparatos, como si fuera uno de ellos. Y es exactamente así como ha sabido —sin ni siquiera echarle un vistazo al folleto de instrucciones— poner en marcha el aspirador, el microondas, el teléfono móvil y el resto de los aparatos que Rafi le compra alegremente, porque le parece que así la mantiene joven, unos aparatos con los que yo, por ejemplo, a veces me paso horas luchando para entender cómo abrir el embalaje en el que vienen (mi amor es patosísimo con todo lo que exija habilidad con los dedos). "


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