Monólogos de Axel (fragmento)Gilberto Owen
Monólogos de Axel (fragmento)

"En estos días hubo un centenario, que sirvió para que los periodistas escribiéramos sobre Villiers de I'Isle Adam, pero no logró inducirnos a releerlo. Lo elogiamos por hablar, pero en realidad, nadie podría elogiar a ese Reaccionario con más filial lealtad que nosotros. Pues no son los Cuentos crueles, sino el Axel, lo que nos da su clave. Fue lo último que escribió, y no es ciertamente un drama ni poema dramático, sino un monólogo, el aguacero
verbal que inicia el Diluvio. El último acto, sobre todo, obra maestra del humorismo involuntario. Cuando el de Auersberg sorprende a Sara con el tesoro, cuando a los dos les sorprende el amor "a primera vista", lo único que se les ocurre es ponerse a hablar. Lo del balazo no vale la pena; se ve que la puntería era voluntariamente mala.
A la invitación al viaje de Sara, esa larguísima tirada de cuatro páginas de Baedeker, Axel responde poco más o menos que es mejor hablar de los viajes que viajar, el deseo del viaje mejor que las decepciones del viaje. Le dice que los viajes destruyen. Sellado ya el pacto de suicidio, ella propone una última noche de amor, y Axel le reprocha su trivialidad y la invita a seguir hablando, hablando, hablando. "



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