Sobre esto y aquello (fragmento)Ramón Carnicer
Sobre esto y aquello (fragmento)

"El ser humano es extrañamente paradójico. Se envanece de su primacía respecto del mundo animal, y frente a los instintos seguros e invariables de este, esgrime los valores de su mente y los de la cultura y el progreso engendrados por ella. Pero, en definitiva, ¿a qué conducen la cultura y el progreso humanos…?
Hasta la aparición del vapor como energía, todas las realizaciones materiales del ser humano lo fueron a expensas de sus músculos y de los animales sometidos por él y adiestrados para su servicio, así como por la utilización de los vientos y corrientes de las aguas. Al vapor sucedió la electricidad, la hidráulica primero y luego la producida por combustión de las materias que, aplicadas también a otros usos, obsesionan hoy a la humanidad por cuanto ellas y la fisión nuclear acentúan el carácter problemático de nuestra continuidad en la vida.
Pues bien, paralelamente a este desarrollo se ha ido desechando la primigenia energía humana y animal. La gente de nuestros días cifra su felicidad en permanecer sentada, en sillas, en vehículos, en instrumentos de trabajo que alimentados por aquellas fuentes realizan lo antes encomendado a los músculos y a los animales. Todo ello al servicio de los dos sacratísimos principios de nuestra época: la velocidad y la productividad. Pero resulta que los higienistas y los galenos, además de denunciar la contaminación producida por vehículos, máquinas y factorías, que a su vez emponzoñan ríos, mares, cultivos y alimentos, señalan que al ser humano le es indispensable el ejercicio físico, que a los músculos y articulaciones y a las diversas partes del organismo los daña y enferma la inmovilidad, el sedentarismo, y frente a una y otro recetan con apremio una serie de movimientos corporales. "



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