No hables con extraños (fragmento)Harlan Coben
No hables con extraños (fragmento)

"El desconocido no arrasó de golpe el mundo de Adam Price.
Eso fue lo que Adam se diría más tarde, pero era mentira. De algún modo, Adam supo enseguida, desde la primera frase, que la vida de padre de familia burgués que había conocido hasta entonces había desaparecido para siempre. En realidad, era una frase muy sencilla, pero había algo en el tono, el tono de quien sabe y hasta se preocupa, que le dejó claro que nada volvería a ser igual.
—Podrías haberla dejado —dijo el desconocido.
Estaban en el American Legion Hall, el local de la Asociación de Veteranos de Guerra de Cedarfield, en Nueva Jersey. Cedarfield era una población rica, que contaba entre sus vecinos con gestores de fondos de cobertura, banqueros y otros magnates de las finanzas. Les gustaba reunirse para tomar cerveza en el American Legion Hall porque era una manera cómoda de fingir que eran buenos chicos, como los que aparecen en los anuncios del Dodge Ram, cuando en realidad eran todo lo contrario.
Adam estaba en la barra, que se veía algo pringosa. Tenía una diana detrás. Unos carteles de neón anunciaban la Miller Lite, pero Adam tenía una botella de Budweiser en la mano derecha. Se volvió hacia el hombre, que se acababa de situar a su lado y, aunque Adam ya sabía la respuesta, le preguntó:
—¿Está hablando conmigo?
El tipo era más joven que la mayoría de los padres, más delgado, casi flaco, y sus grandes ojos eran de un azul penetrante. Tenía los brazos blancos y huesudos; llevaba camisa de manga corta; bajo una de ellas asomaba un tatuaje. También llevaba una gorra de béisbol. No era un hípster, pero tenía pinta de empollón, como si dirigiera un departamento técnico y no viera nunca el sol. "



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