Cuentos del zodíaco (fragmento)Fernando Sadot
Cuentos del zodíaco (fragmento)

"-Cuentos del zodíaco, para contar a tus abuelos cuando vayas a dormir-
Aquella misma tarde le había vuelto a ver. El niño estaba en primera fila y no había apartado los ojos del león desde que había salido a hacer su número. Para premiarle, Humberto se había mostrado más valiente que nunca. “Si pudiera venir a la tertulia”, había pensado.
Por la noche Luigi llegó con la gran noticia. El niño de la primera fila que estaba estudiando en el conservatorio de Roma, pasaba la noche con sus padres en el parador de la carretera. Luigi le había invitado a la tertulia y él había prometido acudir con su violín, aunque añadiendo que no podría regresar demasiado tarde.
Aquella tertulia no la olvidaría ninguno de los reunidos. Una vez que el músico del circo hubo terminado de interpretar sus tonadas del Norte, el invitado tomó su violín y se puso a tocar. En ese instante pareció que la misma luna se hubiera detenido a mirar a los niños. No se movía ni una hoja. La mano de Gigiolla, la niña saltimbanqui se había quedado inmóvil sobre la cabeza de Humberto, mientras la música danzaba por las colinas, despertando a los animales pequeños, palpitando en pizzicato sobre el cristal tranquilo de las fuentes.
Ante tanta paz, Humberto se quedó dormido con tan buena fortuna que, al hacerlo, se apoyó en una nota. Todos sabemos que las notas del violín van derechas a la luna. Humberto viajó tan a gusto que no se dio cuenta de nada. Allá arriba, en las estrellas, la nota le bañó de luz, mientras que la noche se quedaba callada para que el viejo león pudiera descansar. "



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