Conversación (fragmento)Gonzalo Hidalgo Bayal
Conversación (fragmento)

"Petrus ha operado en un terreno virtual, en el de los conceptos, sin ningún sentido práctico de la vida, como si la dinámica empresarial fuera un problema de lógica, un planteamiento de lingüística estructural, un ejercicio de rigor, un crucigrama. Quien haya hecho alguna vez un crucigrama sabe que necesariamente las palabras se cruzan, a veces de modo inverosímil, y que no importa qué palabra escribamos primero, porque la tacharemos sin ningún remordimiento en función del resultado final. Para quien hace crucigramas lo importante es terminarlo. No hay belleza, pero sí perfección. Se podría hablar, pues, de la moral del crucigrama. E incluso de la estética del crucigrama, de su racionalismo neoclásico. O, si lo preferís, de la moral del palíndromo, que también se rige por su perfección fonética. Algo así ocurre con Petrus, que ha aplicado a la economía una moral de crucigrama. Sin embargo, algo lo diferencia de los adictos a los crucigramas. A título personal, a Petrus le tiene sin cuidado que el crucigrama cuadre. Es la ley del crucigrama la que exige que cuadre. Por tanto, quien hace crucigramas está obligado a terminarlos. No hay otra elección. O, si la hay, deja de ser un crucigrama. Tal debió de ser su comportamiento durante mucho tiempo, pienso. Todo crucigrama es una crucifixión, diréis. De acuerdo. Como la economía de mercado: todo es crucifixión. Como el tejido: trama, urdimbre y crucifixión. El norte y el sur, oriente y occidente: todo crucifixión. Tomó aliento Olúas tras el énfasis de cruces. El siguiente paso, en cambio, dijo, fue en contra de la ley del crucigrama. Fue cuando la expansión se hizo imparable e internacional cuando dio rienda suelta a la estrategia del fracaso, a la más disparatada heterodoxia, y, como si en ello no le fuera algo más que una minucia, expuso con sangre fría el capital propio de forma temeraria, sin atención al riesgo ni a las pérdidas. Sus beneficios fueron, sin embargo, exponenciales. Apareció NRQ con frecuencia en las secciones de economía de la prensa y, cada vez más, en las secciones de política. Pese a todo, Petrus, por muy rey Midas que fuese y muy dueño del secreto del as de oro, siguió siendo un enigma, porque, según creo, más que el oro le atraía su vocabulario. Me han contado que le ofrecieron una subsecretaría en un ministerio económico y que la rechazó. También me han contado que, ante el rechazo, le ofrecieron el ministerio y Petrus también lo rechazó. Y cuentan, en fin, insisto en ese verbo, cuentan, dijo Olúas, que prefirió designar al ministro sotto voce. De esto no hablamos en la cena, muchas de estas cosas me las contaron después de las medallas los portavoces de la política y, como bien se sabe, los rumores políticos deben ponerse siempre en entredicho, entre comillas, entre líneas y entre entrentres. Que, aunque no sean ciertas, ciertas cosas se propaguen, ya es indicio suficiente, ya encierra un sentido troppo vero. "


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