Cuentos escogidos (fragmento)Joy Williams
Cuentos escogidos (fragmento)

"Jones tiene al bebé en su regazo y le está dando de comer. La cena es larga y complicada. Primero tiene que darle las vitaminas, luego, porque está resfriada, unas gotas de aspirina líquida. La cena continúa con un biberón de leche, de un cuarto de litro, y una ración de papilla de verduras. Ahora la deja descansar un rato para que la comida le siente bien. Colgada de su cadera, la niña avanza por las habitaciones de la enorme casa mientras Jones enciende y apaga las luces. Regresan a la mesa y le da un poco más de leche, medio potito de papilla de pollo y unas cuantas cucharadas de postre, normalmente fruta al horno, a veces con nata montada, o pudin. La niña no le hace ascos a nada. Es buena. Come deprisa y bien. A veces coge la cuchara, le da la vuelta y se la mete en la boca por el lado equivocado. Naturalmente, no hay nada que no pueda hacerse mal. Jones adora a la niña. Olisquea su cabeza caliente. Su nacimiento es un profundo error, una abstracción. Nacida en el seno del matrimonio pero sin amor. La deja en el parque y se ocupa del perro. Llena un cuenco de agua y otro con pienso. El perro come con suma educación. Come un poco de pienso y luego toma un poco de agua, luego más pienso y más agua. Cuando termina, deja los cuencos tan limpios como si estuvieran recién lavados. Jones piensa ahora en su cena. Abre la nevera. Las señoras de la iglesia le han traído brownies, venado, queso y compota de manzana. Hay pasteles de pavo, chuletas de cerdo, bistecs, abadejo y hamburguesas de cerdo. Una luz brillante desvela toda esta comida. Hay mucha. Hay que consumirla. Se ha formado una costra en los agujeros de una lata de leche evaporada. Hay una bolsa transparente de higadillos de pollo, cerrada con grapas. Jones contempla disgustado las gotitas de humedad en los briks y las botellas, las perlas de grasa en el guiso frío. Se sienta. La estancia está llena de lámparas y cables. Piensa en su mujer, en su cuerpo con vida, trastornado y unido a sondas, y empieza a temblar. Todos los objetos se quedan turbados ante semejante dolor. "


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