Neil M. Gunn Marea de la mañana (fragmento) "Todos saben cuánto le disgusta a tu madre el mar, que preferiría que te perdieras en las Antípodas australianas, donde habrás de vivir, incluso aunque ella nunca pudiera volver a verte preferiría que siguieras el rastro de tu padre. [...] A medida que los botes se aproximaban, un sepulcral silencio se cernió sobre todos y los cuerpos quedaron inertes. Poder atravesar la barrera del puerto supuso un alivio primigenio. La vida le fue insuflada de nuevo a la tormenta y el eco de sus truenos golpeaba violentamente el borde de la playa y diríase que su mirada punzante y errabunda contemplaba fijamente a los mortales, apenas sin pestañear. Las mujeres habían osado acercarse un poco más al grupo de hombres sito junto al rompeolas y sus anchas faldas ondeaban al abrigo del viento bajo las encapuchadas faces y los ceñidos chales. Semejaban un colectivo atrapado en un gris amanecer de la historia, como en el caso de aquella leyenda que versaba sobre la separación fatídica y eterna de los hombres. " El Poder de la Palabra epdlp.com