La voz de una jovencita no se rompe, se hace más firmeAma Ata Aidoo
La voz de una jovencita no se rompe, se hace más firme

"-Para Kinna IV-
Te recuerdo a los cuatro, a los siete y a los once años.
Tu voz de bebé:
era tanto real como fingida
me decía
(o más bien gimoteaba levemente)
cuánto me extrañabas, y
quién te había hecho o dicho qué, mientras
yo no había estado…
Ahora
tu voz
llega abruptamente por los cables, a través las ondas de radio y por encima de la tierra
reportando
lo bien que está todo
en casa, y
ordenándome que
sólo me relaje
y me preocupe por el asunto por el
que viajé hasta aquí.
Y claro que,
si me extrañaste,
no estabas ni si siquiera en vías de revelarlo.
Jovencita,
… pues ya no me atrevo a llamarte niña – tal vez
cuando estamos preocupados por
nuestras existencias normales,
con sus tensiones y necesidades,
no me doy cuenta de los cambios que
han sucedido en ti.
Pero cuando
me voy y
los teléfonos lo permiten, sí.
Las medidas de tu crecimiento golpean confiadas
a las puertas de mi percepción y se anuncian
en términos más que seguros.
Por supuesto,
Sólo hablamos de los datos de una.
Pero
si la tuya
es algo para seguir,
entonces de seguro,
a medida que crece y
de niña se convierte en mujer,
la voz de una jovencita no se rompe: se hace más firme. "



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