Infierno, Purgatorio, Paraíso (fragmento)Jordi Ibáñez
Infierno, Purgatorio, Paraíso (fragmento)

"Me pareció que el taxista se sonreía. Lo vi por el retrovisor. Una sonrisa que me desagradó. Era sucia e innoble. Empecé a pensar que con aquel tipo tenía que ir con cuidado.
—Quizá sea una tormenta. Típico de finales de verano —dije, tratando de comportarme como si no me hubiese dado cuenta de aquella sonrisa. Pero me temo que lo que me salió fue un gesto de falsa superioridad.
—¿Seguro que no quiere beber un poco? —insistió, agitando el botellín de agua turbia sin darse la vuelta. Pero vi que me miraba de reojo a través del retrovisor.
La sed pudo conmigo y acepté el ofrecimiento. Vertí un chorro sobre mi boca, sin tocar la botella con los labios, y dejé que el agua me chorreara por el cuello y me mojara el pecho.
Aquella sensación de agua corriéndome por el cuello y el pecho me hacía sentir muy desgraciado y aliviado a la vez, y me permitía matizar o modular la alegría que había sentido poco antes. Todo a mí alrededor se puso a dar vueltas. No es que me mareara. Pero las cosas daban vueltas, era así. Después se alejaron, como si las imágenes se dispersaran y las formas se quedasen desnudas, amontonadas en un rincón. Sentí una gran paz interior y una conciencia como de redención, acompañada de un sentimiento de amor total, puro amor sin objeto, como un abrazo luminoso. No sabría decirlo de otro modo.
Bajé la cabeza. La volví a levantar. Respiré. ¡Oh! ¡Pero si respiraba! "



El Poder de la Palabra
epdlp.com