Otro mundo (fragmento)Alfons Cervera
Otro mundo (fragmento)

"Heredaste del abuelo Claudio, además del nombre, la sólida compostura de la piedra. Ahí estabas, en la boca del horno, con la pala en las manos y el insignificante, rutinario, vaso de cazalla para aliviar el calor insoportable de las brasas.
Las noches en que la masa engordaba en el tablero, como la piel mordida por las avispas en los charcos marrones del lavadero viejo, mientras mi hermano y yo nos moríamos de sueño y tú recitabas como en un susurro “La canción del pirata”.
(…)
Hay un remolino de agua estancada llena de larvas muertas en el recuento de lo que no dijiste nunca a nadie, en ningún sitio, como si hubiera una vida para ser vivida y otra para que permanezca hasta la muerte en una terca, invisible, geometría de lo oscuro.
Todo te daba vueltas. Como en las viejas carreteras de la Cofersa y el sidecar. Todo te daba vueltas entre la cómoda, el armario y la ventana de madera repintada que da a la calle larga. Aquellos domingos por los caminos de tierra Serranía arriba. El pasillo del hospital. La sordidez. Una ruina de huesos al desnudo y sábanas inútiles. Tú allí. La inmovilidad de los muertos. "



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