El sol en la cabeza (fragmento)Geovani Martins
El sol en la cabeza (fragmento)

"¡Me desperté dentro de un horno! En serio, no eran ni las nueve de la mañana y mi chabola parecía derretirse. Hasta las humedades del salón habían desaparecido, estaba todo seco. Solo quedaban las manchas: ahí seguían la santa, la pistola y el dinosaurio. Estaba claro que iba a ser uno de esos días en que sales a la calle y ves el cielo todo empañado y todo tiembla como en una alucinación. Para que te hagas una idea, el aire que daba el ventilador era más caliente que el fuego del infierno.
En la mesa había dos reales, los había dejado mi vieja para el pan. Conque juntara otro real con ochenta ya tenía asegurado al menos un billete de autobús, solo tendría que colarme a la ida, que es más fácil. La putada es que antes de acostarme ya había puesto la casa patas arriba buscando monedas para un cigarrillo suelto. Lo suyo era invertir los dos pavos en el pan, apretarme un desayuno y largarme a la playa con la tripa llena. Lo que no podía hacer era quedarme en casa asándome. Para nosotros está tirado colarse en el bus, se nos da de maravilla.
Pasé por casa de Vitim, luego nos acercamos a la chabola de Poca Telha y desde ahí tiramos para el cuchitril de Tico y Teco. Hasta entonces estábamos todos en las mismas: sin blanca, sin hierba y con ganas de playa. La salvación fue que Teco se había pasado toda la noche ayudando a unos colegas a empaquetar maría y le habían regalado unos porros. Unas migajas que sobraron del kilo. Se había agenciado hasta una papela de coca. Lo malo es que en vez de venirse con nosotros quería quedarse sobando en casa. Pues iba listo, cualquiera pegaba ojo con aquel solazo. "



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