La vida después (fragmento)Abdulrazak Gurnah
La vida después (fragmento)

"Cuando Jalífa se hizo un poco mayor —tendría entonces unos once años—, lo envió a estudiar a una ciudad cercana con un profesor particular que le enseñó matemáticas, contabilidad y cuatro nociones de inglés. De este modo, hizo realidad las ambiciones que su padre había traído consigo de la India pero no había podido cumplir.
Jalífa no era el único alumno del profesor particular, sino que eran cuatro en total, todos ellos jóvenes indios. Se alojaban en su casa y dormían en el suelo del vestíbulo de la planta baja, debajo de la escalera, donde también les servían la comida. No les estaba permitido subir a la primera planta. El aula era una habitación pequeña con esterillas en el suelo y una ventana con rejas, demasiado alta para que vieran lo que había al otro lado, aunque sí alcanzaban a oler el albañal que pasaba detrás de la casa transportando aguas residuales. El profesor cerraba el aula con llave y la trataba como un espacio sagrado que debían barrer y limpiar todos los días antes de empezar las clases, que se impartían a primera hora de la mañana y de nuevo al atardecer, antes de que se fuera la luz. El profesor siempre se echaba una siesta a primera hora de la tarde, después de almorzar, y las clases se interrumpían con la puesta del sol para ahorrar en velas. En sus ratos libres, los chicos buscaban trabajo en el mercado o el muelle, o bien deambulaban por las calles de la ciudad. Jalífa no sospechaba siquiera con qué nostalgia recordaría esos tiempos posteriormente. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com