La vida doble (fragmento)Arturo Fontaine
La vida doble (fragmento)

"De puro intrusa encuentro en su escritorio un sobre y mi corazón da un salto. ¿De puro intrusa? No. La verdad es que desde hacía tiempo ella era otra. La sentía distante. Quería preguntarle: ¿Por qué se te olvidó cómo abrazarme? ¿En qué momento mi cuerpo se te hizo ajeno? Me daban ganas de abrazarla y no me atrevía. No como antes, al menos. A sentía tan desapegada.
Y yo conozco esa letra, ¡cómo no!: es Rodrigo. Así me entero de que, después de todos estos años, ha ubicado a mi hija y se cartea con ella. El asunto no me gusta nada. Anita, presionada por mis preguntas, me confiesa que se va a Chile a vivir con su padre. Por un tiempo, dice al ver mi cara desechada por la pena. Digo dos o tres tonteras para disuadirla: que los estudios en Suecia son tanto mejores, que le conviene graduarse aquí… Me dice que parte la próxima semana: Mi papá me mandó los pasajes. Lo dice como si tal cosa, como si su papá hubiera sido siempre su papá. Su inocencia me golpea. La abrazo, sujetando apenas el reventón de las lágrimas, y le digo que yo siempre querré para ella lo mejor, que ella debe vivir donde sea feliz. La estrecho en un abrazo largo, apretado, terrible que interrumpo de pronto para correr a mi pieza. Me tiro en la cama, la almohada de pluma en la boca. Si mi llanto brusco pudiera ahogarme.
Me derrumbo. Hay que aprender a vivir de nuevo. Sin Anita. Con esta tristeza. Me llama por teléfono al día siguiente de llegar a Santiago. Está dichosa. Su padre tiene una casa con un enorme jardín, trabaja de corredor de propiedades, su mujer es encantadora, también sus hermanos. Aló, aló. ¡Aló! Aló, mamá, ¿estás ahí? No pude hablar. Si abro la boca romperé a llorar. "



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