Historia social y económica del mundo helenístico (fragmento)Mijaíl Rostóvtsev
Historia social y económica del mundo helenístico (fragmento)

"Orgullosos de su moneda y confiados en su riqueza y poder, los Tolomeos no dudaron en dar otro paso hacia la separación del resto del mundo helenístico. Querían que su imperio fuese una unidad bien trabada, una sólida estructura con una organización uniforme y una uniforme moneda. Esta tendencia hacia la uniformidad y la autarquía se manifestó en varias de estas medidas. Como Atenas en el pasado, los Tolomeos trataron de hacer su propio dinero, el dinero exclusivo para el conjunto de su vasto imperio, diferenciándose en este aspecto de sus vecinos los seléucidas. El primer paso que dieron para alcanzar esta meta fue hacer obligatorios su sistema monetario y su moneda en sus dominios exteriores. Por regla general no se permitió a las ciudades griegas sometidas a su autoridad conservar su moneda propia, y en los raros casos en que se les permitió, fueron obligadas a convertirla al patrón fenicio. El mismo uso exclusivo de la moneda tolemaica se hizo obligatorio para las ciudades de Fenicia y Palestina; cesó su acuñación propia, y las más importantes se transformaron en las principales cecas tolemaicas. Como resultado de esta política, la moneda tolemaica pasó a ser la única usada en los dominios egipcios. No se han encontrado otras monedas en los estratos tolemaicos de las ciudades de Palestina que han sido cuidadosamente excavadas, como, por ejemplo, Gezer, Marisa, Samaria y Beth-Zur. No hay nada de extraño en esta unificación monetaria.
Sin embargo, los Tolomeos no se contentaron con esto. Dieron otro paso más importante y menos frecuente en la misma dirección. Mientras los seléucidas toleraban la circulación de monedas extranjeras del mismo sistema que las suyas dentro de su imperio, Filadelfo tomó ciertas medidas para excluir la moneda extranjera del mercado egipcio. En este sentido me inclino a interpretar un documento perteneciente a los archivos de Zenón, una carta en la que un cierto Demetrio, probablemente un oficial real relacionado con la ceca de Alejandría, informa a Apolonio de ciertas dificultades surgidas en relación con la orden del rey de reacuñar todas las monedas de oro locales usadas y también las monedas de oro de cecas extranjeras importadas a Egipto. Esta carta (como Elias Bikerman me ha sugerido) ofrece un claro testimonio del establecimiento en Egipto de una especie de monopolio real del cambio, al menos en lo que se refiere al oro, monopolio muy provechoso para el rey y oneroso para los comerciantes: no se permitía que éstos realizaran los cambios, ni cambistas de moneda particulares, ni bancos privados, ni siquiera reales. Todo el negocio se concentraba en Alejandría en manos de un funcionario real especial. Medidas similares no fueron desconocidas para el mundo griego en el pasado. La mera existencia de tal monopolio implicaba prácticamente la exclusión del oro extranjero del mercado. La real orden de reacuñarlo hacía esta exclusión aún más estricta: significaba que el rey daba por descontado que todas las transacciones mercantiles importantes en Egipto en las que se empleaba el oro como medio de cambio se suponían hechas en moneda tolemaica. Naturalmente, tal restricción de la libertad de comercio, agravada por formalidades burocráticas que hacían el proceso de cambio y reacuñación lento e irregular, provocaba la indignación de los mercaderes extranjeros. "



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