In ExcelsisAmy Lowell
In Excelsis

"Tú, tú
tu sombra es luz en una bandeja de plata;
tus pasos, el semillero de los lirios;
tus manos moviéndose, un tañido de campanas cruzando el aire calmo.

El movimiento de tus manos es el largo, dorado recorrido de la luz del sol naciente;
el aleteo de los pájaros en el sendero de un jardín.

Como perfume de narcisos, tú apareciste en la mañana.
Los potrillos no son más rápidos que tus pensamientos,
tus palabras son abejas alrededor de un peral,
tus fantasías son avispas doradas y negras zumbando entre manzanas rojas.
Bebo tus labios,
devoro la blancura de tus manos y pies.
Mi boca está abierta,
como una jarra nueva estoy vacía y abierta.
Como el agua blanca eres tú que llenas la copa de mi boca,
como un arroyo de agua lleno de lilas.

Estás inmóvil como las nubes,
lejano y dulce como las altas nubes.
Me atrevo a alcanzarte,
me atrevo a tocar el borde de tu brillo.
Me abalanzo más allá de los vientos,
yo exclamo y grito,
pues mi garganta corta como una espada
afilada con una piedra de marfil.
Mi garganta canta el regocijo de mis ojos,
la alegría impetuosa de mi amor.
¿Cómo cayó el arcoiris en mi corazón?
¿Cómo atrapé los mares para tenerlos entre mis dedos
y me atrapó el cielo para que sea un manto sobre mi cabeza? ¿Cómo es que llegaste a morar conmigo,
guiándome con los cuatro círculos de tu mística claridad,
para que yo diga ‘¡Gloria! ¡Gloria!’ y me incline ante ti
como frente a un altar?

¿Me engaño a mí misma con que la mañana es la mañana y un día después?
¿Creo que el aire es una condescendencia,
la tierra una gentileza,
el cielo una bendición a la que dar gracias?
Pues bien, tú —aire— tierra— cielo—
no te agradezco,
te tomo,
y vivo.
Y aquellas cosas que digo en consecuencia
son rubíes encastrados en una puerta de piedra. "



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