Memorias (fragmento)Herculine Barbin
Memorias (fragmento)

"Decir que estaba contenta de la perspectiva que me ofrecía esta carrera hubiera resultado falso. La abrazaba sin desgana, es verdad, pero también sin ilusión. No sospechaba, por entonces de las infinitas dificultades de uno de los estados más serviles de todos, el de institutriz.
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Por la mañana, tanto en verano como en invierno, el despertador sonaba a las cinco. A las seis era la misa, bien en la capilla o en la parroquia, que se encontraba a unos cinco minutos escasos de la comunidad. A las siete, el estudio, hasta las ocho, hora en la que llamaban al desayuno. A las nueve empezaba la clase. La mañana consagraba a los ejercicios de francés, estilo, escritura y geografía. A las once, la comida, seguida del recreo para las jóvenes pensionistas externas.
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De una a cuatro y media nos ocupábamos de las matemáticas, la lectura y el francés. Ciertos días se dedicaban a la música vocal y el dibujo. A partir de las cinco quedábamos libres, aunque no sin deberes, pero debo decir que no suponían una carga para nosotras.
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Mi aversión por los trabajos manuales iba en aumento. Me preguntaba lo que ocurriría el día que tuviera que confesar mi profunda incapacidad ante mis alumnos. "



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