El puente de Alcántara (fragmento)Frank Baer
El puente de Alcántara (fragmento)

"Empezó a andar de un lado a otro dentro de la pequeña habitación, entre la ventana y las puertas: cuatro pasos de ida, cuatro de vuelta; cuatro pasos de ida, cuatro de vuelta. Hacia el final de la tercera hora, Dada se acercó a la puerta y llamó suavemente.
—Tienes que comer, señor, ¡por favor, tienes que comer!
Él no respondió. Esperó a que la mujer se hubiera marchado y reemprendió su caminata.
Empezó a hacer calor dentro de la habitación, a pesar de que las paredes, revestidas, aún conservaban el frescor de la noche. La sed empezó a atormentarlo. No había bebido nada desde la muerte de su mujer. Tenía la garganta seca como el papel.
Tras la llamada a la oración del mediodía, Yunus, repentinamente, cogió de un estante un cuaderno en octavo —uno de esos cuadernillos que llevaban los comerciantes en sus viajes para anotar sus ingresos y gastos—, se sentó en el alféizar de la ventana, sacó punta a la caña de escribir, preparó la tinta, alisó el papel y comenzó una carta. Escribió en árabe, pero empleando los caracteres cursivos hebreos, muy deprisa y con letras pequeñas que se ajustaban perfectamente a los renglones del cuaderno. Escribió a su mujer.
Siempre le escribía cuando estaba lejos de ella, de viaje, en otras ciudades. Solía escribirle por la noche sobre las cosas que había hecho durante el día, igual que, cuando estaba en casa, le contaba en la cena todo lo que le había pasado a lo largo de la jornada. Así, ella siempre estaba muy cerca de él. Ahora, al escribirle, él volvía a sentir que ella permanecía muy cerca. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com