Poema del exilio "Hemos venido aquí, desde muy niños, a esperar, y a vivir. Llevamos en las manos muchos años y el otoño en lejanos comedores vastos de sobremesa y de presagios. Llevamos en las manos luces amarillentas, deberes escolares, gestos que conocimos como iglesias de pueblo, y en jardines que el invierno alargaba los pequeños amigos desterrados. Llevamos trenes, viajes, estaciones de noche, el olor del hollín y vidrios empañados y nuestros padres, que eran ya tan mayores y murieron tan jóvenes aquí. Hemos venido así, desde muy lejos, desde las Navidades, las vísperas de todo, y llevamos lo lejos en el sabor de lápiz de la boca. Hemos venido aquí y hemos visto en el cielo cómo suben las cosas por la luz, este mundo que crece, los océanos. Hemos subido aquí, sobre esta costa que se abre en el azul, los vientos grandes, los caballos del tiempo que cruzan la mañana. El destierro es lo inmenso, la llanura donde rebota el sol, esta distancia entre el pecho y el aire. Y hoy miramos de aquí nuestra casa perdida nuestra Europa lejana. Miramos por encima como el balcón, como la nube blanca. Ya es ancha nuestra vida, ya cabe en la mirada con el parque lejano, las manzanas. Lejana España, España donde yacen las olas de mis horas donde termina el arco de mi cielo donde brota el pulsar que hoy cruza el aire empañado de mentas donde nació esta tarde que aquí muere, pálida y alta, donde habita el dolor y este mi pecho. " epdlp.com |