Jozsef Nyiro El yugo de Dios (fragmento) "La puerta centenaria del sacerdote se cerró detrás de nosotros. Desde sus oscuras ventanas cerradas con una gruesa reja de hierro, de su ronco aliento de cripta que emanaba de sus muros de un metro de altura. Estaba conmocionado y asustado en el pasillo. Con la enorme cruz extendida de Cristo, que como un hueso blanco de lámpara eterna arrojaba una luz tenue sobre sus pies. Pequeño en su patio rectangular, de piedra natural gris, se prolongaba hasta el suelo una tosca y torpe estatua de Capistrano miraba fijamente. Y encima estaba la famosa biblioteca de Batthyaneum y Csillagda que cubría la bendita jornada. La historia goteaba en cada pedazo de piedra, mohosos y polvorientos, decenas de miles de libros dormían su sueño eterno y la mitad en ellos eran telescopios inclinados, llenos de telarañas, obsoletos hace mucho tiempo, soñados sobre las estrellas que nunca volverán a atrapar, ni tampoco a ver. Todo el edificio se leía como un cadáver, de donde la luz del sol se había marchitado, nunca caliente, el sudor de la muerte no se secaba de su frente y sólo el sonido no saldría de sus labios hasta el fin del mundo. Real cuartel de sacerdotes, almacén de oración aterrador donde los santos de madera todavía hablan de eso hoy. " El Poder de la Palabra epdlp.com