Lo que aprendí de los sin techo (fragmento)Guilherme Boulos
Lo que aprendí de los sin techo (fragmento)

"El aprendizaje que se obtiene de la lucha vale toda la vida. Recuerdo cuando el MTST tuvo una de sus primeras conquistas inmobiliarias, el condominio João Cândido, donde vive Maw Railda, por cierto. Fue todo un logro: pisos con tres dormitorios, balcón y el primer emprendimiento popular del programa Minha Casa Minha Vida que contaba con un elevador. En la primera semana después de la mudanza, el ascensor de uno de los edificios se estropeó. A pesar de estar en garantía, el proveedor hizo caso omiso de todas las peticiones de los residentes para que lo repararan. Había ocho pisos y en ellos vivían muchas personas mayores. El grupo convocó entonces una reunión del condominio y me pidió que participara. Se inició un debate sobre qué hacer, uno sugirió una petición, otro una queja a Procon. Hasta que un hombre del fondo levantó la mano y dijo: «hemos llegado hasta aquí luchando, ¿no? Así que, ¡reunámonos todos y hagamos una demostración en la empresa de ascensores!» La propuesta fue aclamada por la asamblea y, a la mañana siguiente, la empresa recibió la visita de los vecinos. Por la tarde, el ascensor ya estaba reparado.
Escuché de muchas personas, al hablar del Movimiento, que la gente, una vez que ganaba su casa, dejaba toda esa lucha atrás y simplemente se comportaba como propietaria. Es cierto que algunos lo hacen, pero ni mucho menos la mayoría. Cuántos fueron los casos de personas que, después de haber ganado sus hogares, se quedaron en el Movimiento para ayudar a los que aún no lo habían hecho. Cuántas personas siguieron, religiosamente, todas las manifestaciones de los movimientos sociales en la Avenida Paulista. Pasó un año y siguieron. Pasaron cinco años y siguieron. Pasaron diez años, y muchos siguieron. La lucha y el trabajo colectivo reeducan a la gente. El tiempo no borra este aprendizaje.
Detrás de las frágiles paredes de una choza hay historias de vida extraordinarias. Historias de sufrimiento y superación. Y, sobre todo, historias de solidaridad. Al superar los prejuicios y estar dispuestos a aprender de ellos, nos hacemos más humanos. "



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