La potencia feminista (fragmento)Verónica Gago
La potencia feminista (fragmento)

"En el endeudamiento aparece una imagen «invertida» de la productividad misma de nuestra fuerza de trabajo, de nuestra potencia vital y de la politización (valorización) de las tareas reproductivas. La huelga feminista que grita «¡libres, vivas y desendeudadas nos queremos!» logra visibilizar las finanzas en términos de conflictividad y, por lo tanto, de autodefensa de nuestras autonomías. Es necesario comprender el endeudamiento masivo aterrizado en las economías populares feminizadas y en las economías domésticas como una «contrarrevolución» cotidiana. Como una operación en el terreno mismo en el que los feminismos han conmocionado todo.
El movimiento feminista, tomando las finanzas como un terreno de lucha contra el empobrecimiento generalizado, practica una contrapedagogía respecto de su violencia y sus fórmulas abstractas de explotación de los cuerpos y los territorios.
Agregar la dimensión financiera a nuestras luchas nos permite mapear los flujos de deuda y completar el mapa de la explotación en sus formas más dinámicas, versátiles y aparentemente «invisibles». Entender cómo la deuda extrae valor de las economías domésticas, de las economías no asalariadas, de las economías consideradas históricamente no productivas, permite captar los dispositivos financieros como verdaderos mecanismos de colonización de la reproducción de la vida. Y un punto más: captarlos como dispositivos privilegiados de blanqueamiento de flujos ilícitos y, por lo tanto, en la conexión entre economías legales e ilegales, como una manera de aumentar la violencia directa contra los territorios. Lo que se busca es justamente una «economía de la obediencia» que sirve a los sectores más concentrados del capital y a la caridad como despolitización del acceso a recursos.
Todo esto nos da, otra vez, una posibilidad más amplia y compleja de entender lo que diagnosticamos como las violencias que toman a los cuerpos feminizados como nuevos territorios de conquista. Por eso es necesario un gesto feminista sobre la maquinaria de la deuda, porque es también contra la maquinaria de la culpabilización, sostenida por la moral heteropatriarcal y por la explotación de nuestras fuerzas vitales. "



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