En el laberinto del viento (fragmento)Marina Colasanti
En el laberinto del viento (fragmento)

"Comenzó con hilo verde. No sabía qué bordar, pero iba a ser verde, estaba segura, verde brillante.
Hierba. Fue lo que apareció después de los primeros puntos. Una hierba alta, con las puntas dobladas como si estuviese mirando algo.
«Mira las flores», pensó ella, y eligió una madeja roja.
Así, poco a poco, sin modelo, fue apareciendo un jardín en el bastidor. Obedecía a sus manos, obedecía a su propio impulso, y surgía como si germinase en el rocío de la noche.
Todas las mañanas la niña corría hacia el bastidor, miraba, sonreía y añadía un pájaro más, una abeja, un grillo escondido detrás de un tallo.
El Sol brillaba en el bordado de la niña.
Y era tan lindo el jardín que lo empezó a querer sobre todas las cosas.
Fue el día del árbol. El árbol estaba listo, parecía no faltarle nada. Pero la niña sabía que había llegado la hora de añadir los frutos. Bordó una fruta violácea, brillante, como nunca había visto en su vida. Y otra, y otra, hasta que el árbol estuvo cargado, hasta que el árbol se hizo rico, y su boca se llenó del deseo de aquella fruta jamás probada.
La niña no supo cómo ocurrió. Cuando se quiso acordar, ya estaba montada en la rama más alta del árbol, saboreando las frutas y limpiándose el jugo que se le escurría de la boca.
«Seguro que ha sido por el hilo», pensó a la hora de volver a casa. Miró —la última fruta aún no estaba lista— y tocó el punto que acababa en una hebra de hilo. Y allí estaba ella, de vuelta en su casa.
Ahora que había aprendido el camino, todos los días la niña bajaba hasta el bordado. Elegía primero lo que le gustaría ver: una mariposa, una santateresa. Bordaba con cuidado; después bajaba por el hilo
En el laberinto del viento hacia la espalda del insecto, y volaba con él, y se posaba en las flores, y reía y brincaba y se tumbaba en el césped. "



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