La madre del soldado número 73Ángeles López de Ayala
La madre del soldado número 73

"Fue a la guerra el hijo mío,
fue a la guerra a pelear;
si una bala me le mata
ya no le veré jamás.

No olvidaré a aquellos hombres
que, diciendo ser honrados,
al hijo de mis entrañas
de mis brazos me arrancaron.
Y eso que les suplicaba,
y eso que bañada en llanto,
temblorosa y de rodillas
y torciéndome las manos,
les imploraba clemencia
en nombre de mi quebranto.
Yo no sé de qué deberes
de patria ellos me hablaron,
pretendiendo convencerme
con argumentos extraños,
de que a luchar en el Africa
se halla mi hijo obligado.
¡Obligado!... Mas por quién?
¿No soy yo quien en él mando?
¿No le crié con mis pechos?
¿No le tuve en mi regazo?
¿No lloré cuando él lloraba?
¿No me llenaba de espanto
sólo al notar que algún día
despertaba un poco pálido?
Si trabajé para darle
abrigo, pan y descanso,
si reí con sus sonrisas,
si gocé con sus halagos,
si velé cuando éI dormía,
si le amaba y le amo tanto,
¿quién es osado hasta el punto
de venir a disputármelo
-Qué va a defender la patria,
que es su madre! No, insensatos!
¡Su madre soy yo, yo sola!
¡Yo que mi sangre le he dado!
¡Yo que a besos le comía,
durmiéndole con mis cantos!
¡La Otra madre!... ¿Qué derechos
alega para quitármelo?
¿Qué es lo que lo debe a ella?
¡Opresión, impuestos bárbaros,
cargas de caballería...
y otras cosas que me callo!
¡Devuélvame al hijo mío!
Devuélvamelo por tanto,
que no es ella la llamada
á arrancarle de mis brazos!
Mas ¡ay! que impíos los hombres
que horrores tales mandaron
ni oyen mi voz condolida
ni me devuelven mi encanto.

¡Fue a la guerra el hijo mío,
fue a la guerra a pelear;
si una bala me lo mata
ya no le veré jamás! "



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